Nuestra historia empieza en el año 2015, con la unión de tres personas: Joan Folguera, John Amin y Francesc Adell.

John y Joan se conocen en un programa para el desarrollo de proyectos innovadores de base tecnológica para jovenes emprendedores, el primero con un hardware fabricado con impresión 3D y el segundo con una app para ayudar al pequeño comercio de Lleida. Tras varias conversaciones, deciden ejecutar una gran idea con Francesc Adell, quien ha montado el equipo "Caragolet de l'Oest" en su almacén llevado por el espíritu "maker" que le mueve.

Los tres ponen sus conocimientos en común y, con la voluntad de trabajar juntos, se lanzan a iniciar el proyecto de INTECH3D. En este Francesc realizará la captación de negocio, John el mantenimiento de equipos instalados y Joan la gestión de recursos.

Analizando el entorno de impresión 3D vieron que existía una gran proliferación de fabricantes de equipos de extrusión. Aunque ellos también tenían facultades para montar equipos, quisieron dar un paso más e investigar cuáles eran sus aplicaciones reales.

Pronto entendieron que el problema a solucionar no era la falta de oferta de hardware, sino que no había suficiente demanda debido al desconocimiento de como utilizar la tecnología. El tejido industrial necesitaba el conocimiento de como utilizar los equipos, es decir, un socio estratégico en lugar de un distribuidor.

A partir de este primer punto de inflexión, el darse cuenta de que el conocimiento de la aplicación era más importante que el fabricante del equipo, nació INTECH3D - Your 3D Partner.

Para saber de qué manera podían ayudar a las empresas, empezaron por preguntarse cuáles son los beneficios empresariales y tecnológicos del uso de la fabricación aditiva.

Para dar con la respuesta hicieron una primera fase dedicada a la fabricación de componentes para terceros. Como resultado descubrieron que la mayoría de los encargos que recibían eran de prototipos, seguido de recambios, componentes finales y herramientas sencillas para el taller.

Después de varios años de experiencia ya sabían en qué momentos tenían que utilizar la tecnología y con qué materiales. Esto produjo un gran crecimiento en la demanda de fabricación de componentes para terceros, puesto que cada vez tenían más conocimiento de los sectores y aplicaciones donde la impresión 3D tenía sentido para mejorar la competitividad de la empresa.

El mayor obstáculo para que las empresas integraran equipos de impresión 3D era saber cómo utilizar la máquina. El desconocimiento general de esta tecnología suponía que su integración fuera una inversión con riesgo muy alto, aun pudiendo tener grandes resultados.

Desde entonces empezaron a poner foco en la sensibilización y transmisión de conocimiento a las empresas para que descubriesen cómo explotar los beneficios de usar estos equipos.

Queriendo dar un paso más allá, pensaron que frenarían el problema antes de que empezara si dotaban del conocimiento a estudiantes, para prepararlos para la posibilidad de estar en una empresa donde tuviera sentido utilizar la tecnología.

Entonces empezaron a explicar a los centros educativos la importancia de enseñar a los alumnos el funcionamiento de los equipos, y se iniciaron como profesorado asociado en la Universitat de Lleida.

Continuando con el seguimiento de los encargos y tras analizar a fondo los puntos débiles de sus clientes, estaba muy claro que centrarse en la fabricación y en el hardware no era suficiente.

Aún había un agujero que los fabricantes de equipos no podían cubrir, que era la necesidad de tener un ecosistema de software para la gestión de proyectos de impresión 3D, que facilitara y optimizara el proceso de usar la tecnología a todo tipo de usuarios.

Fue entonces cuando decidieron cocrear el proyecto PRINT&GO, una solución de software que te permite planificar, monitorear y controlar todo el flujo de impresión 3D remotamente y en tiempo real, aumentando la eficiencia en tu producción.